domingo, 14 de setembro de 2014

Os nossos vizinhos

 
Completamente por acaso, descobri no ABC de hoje um interessante artigo de opinião sobre um assunto que me apaixona: as diferenças entre portugueses e espanhóis. Quem me conhece sabe como me identifico com a alma espanhola, na sua colorida exuberância e tremenda alegria de viver.
E, tal como a autora do texto, a correspondente do jornal em Lisboa, também eu acho que, apesar das nossas diferenças, há afinal imensa coisa que nos une e que, acima de tudo, temos muito a aprender uns com os outros.
Aqui fica um excerto. Para ler tudo, é aqui.

Hermanos, primos, amigos, vecinos, compañeros, socios, cómplices o aliados. Son muchas las formas de relacionar a españoles y portugueses, dos pueblos ibéricos que comparten un territorio y muchos años de historia. Evidentemente hay similitudes entre ambos, por tratarse de dos países fronterizos dentro de Europa, pero a veces se comete el error de pensar que somos en todo iguales o muy parecidos, porque tenemos nuestras diferencias. Existe siempre el riesgo de generalizar demasiado y no se debe olvidar que no hay ni dos españoles ni dos portugueses iguales, por lo que no se puede hacer de una generalidad una regla. Y al hablar de estos temas nos basamos también en nuestras propias vivencias y experiencias por lo que cada uno puede tener una visión distinta. Además de ser diferentes, unos y otros nos enfrentamos a mitos y estereotipos que se han ido creando a nuestro alrededor. Y no siempre es fácil acabar con esas ideas que pueden perjudicar nuestras relaciones.
Empezando por la forma de ser de cada uno, se tiende a definir al español como una persona alegre y al portugués como una persona triste. Pero ni todo es fiesta en España ni todo es fado en Portugal. Sin embargo, sí que hay rasgos muy diferentes al definirnos. Los españoles somos más extrovertidos, charlatanes, gritones, expresivos, informales y besucones. Expresamos más abiertamente nuestros sentimientos. Los portugueses por su parte, son más reservados, hablan mucho menos y más bajito, muy educados y formales. En esto de las formalidades nos ganan, sigue siendo el país de doctores e ingenieros, donde el título tiene mucha importancia, demasiada. Los españoles prefieren el tuteo y hasta nos ofendemos si nos tratan de usted.
(...)
Como forma de resumen, se puede decir que los españoles confiamos mucho en nosotros mismos, nos consideramos en muchas cosas los mejores. Somos, en pocas palabras, muy echados para adelante. El portugués suele ver la botella medio vacía, se lamenta de sus problemas, es bastante envidioso y se fija demasiado en lo que hacen los otros sin darse cuenta de las muchas virtudes que tiene. Y juntos podemos vernos como una mezcla interesante porque lo que en uno exagera el otro se queda corto. Logramos un buen equilibrio aunque normalmente no nos damos cuenta. Tenemos mucho que dar y recibir y sobre todo que aprender de los que están tan cerca de nosotros.

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